Nigeria. La capacitación de mujeres jóvenes en el turismo para diversificar y reducir las crecientes desigualdades de ingresos.
"Estoy aprendiendo a administrar mejor mi tiempo", dice Happiness, estudiante de la Escuela de Hostelería de Iroto, un instituto privado de formación profesional en el sector del turismo que acoge a chicas de escasos recursos, gracias a un programas de becas. Iroto, situada en la aldea de Iloti, a una hora y media de Lagos, fue fundada en 2005 con el objetivo de ofrecer a mujeres jóvenes de las zonas rurales la oportunidad de mejorar sus condiciones de vida. "He entendido lo que significa trabajar duro, concentrarse en los objetivos y esforzarme por lograrlos. Antes de la apertura de la Escuela, la mayoría de las chicas de este entorno estaban desempleadas porque carecían de las habilidades necesarias para encontrar un trabajo; "Estudiar cuesta dinero y mi familia no puede permitírselo". Happiness tiene dieciocho años y cuatro hermanos. Su padre tenía una pequeña imprenta, pero el negocio iba mal; su madre hace trabajos esporádicos, por lo que la única fuente de sustento proviene del único hermano empleado que gana unos 100 euros al mes.
La Escuela ofrece un programa de estudios de dos años en la industria hotelera y de restauración. Los que terminan sus estudios aquí obtienen un diploma reconocido internacionalmente. "Cuando termine, no será un problema encontrar un trabajo porque tendré las habilidades requeridas por un mercado en rápido crecimiento".
Impulsada por las exportaciones del petróleo, Nigeria está tratando de diversificar su producción y su mercado interno, con aumentos significativos en sectores completamente nuevos para el país, como los servicios, y nuevas perspectivas de mercado, como la industria cinematográfica de Nollywood, que ha exportado la cultura nigeriana más allá de sus fronteras, y el turismo.
El turismo interno está creciendo fuertemente, empleando directamente a 1,2 millones de personas y creando otros 2 millones de empleos a través de industrias como la construcción y el procesamiento de alimentos. Sin embargo, el sector sigue estando relativamente subdesarrollado y las contradicciones de un país, que es tiene la principal economía de África, son grandes.
La división desigual de los beneficios de la venta de petróleo, la pobreza generalizada, las altas tasas de corrupción y las divisiones étnicas entre los estados contribuyen a la inestabilidad de todos sus territorios. Y así, junto al fuerte desarrollo económico y tecnológico, coexisten una alta tasa de pobreza, enormes barrios marginales, el colapso de la infraestructura, la falta de agua potable, condiciones sanitarias desastrosas y una gran brecha en los ingresos de su población.
Y precisamente para ayudar a reducir esta brecha, los cursos de formación profesional son esenciales para desarrollar las habilidades empresariales innatas del pueblo nigeriano. La formación de las jóvenes también significa contribuir a su redención social y económica, que todavía se ve gravemente obstaculizada.
"Estudiar en Iroto no sólo significa poder recibir formación profesional. El acompañamiento humano que recibimos me ha permitido explorar la vida en todos sus aspectos, me ha dado el deseo de mirar la vida desde una perspectiva más rica y positiva y hoy estoy segura de que, con sacrificio y dedicación, puedo conseguirlo".
Además de su labor académica, las estudiantes de Iroto participan activamente y se comprometen en proyectos de desarrollo comunitario, reforzando el impacto social de la Escuela en los pueblos de los alrededores. "Cuando termine mis estudios, quiero empezar mi propio negocio: mejoraré mi vida y la de mi familia, pero también quiero ayudar a que el turismo sea útil para la preservación de nuestra cultura, historia y ecología. Solo entonces podremos considerarlo un éxito".
Harambee participa actualmente en la formación de cinco chicas a través de becas, que son posibles gracias a la recaudación de fondos privados.
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